10 cosas que ver en Terceira, Azores
- lamiradadeathenea
- 14 ene 2022
- 10 Min. de lectura
La isla Terceira es la segunda más importante del archipiélago de las Azores, pese a ser la tercera en cuanto a superficie. Su nombre es debido a que fue la tercera de las nueve islas de las Azores en ser descubierta. Te llamará la atención el intenso color verde de sus campos, y te lo dicen dos que han vivido siempre en Euskadi, una tierra también muy verde.
El archipiélago de las Azores, famoso por el anticiclón -aunque no es que allí haga especialmente buen tiempo- y por la reunión de Bush, Blair y Aznar -sí, en esta isla se decidió bombardear Iraq-, tiene mucho que ofrecer. En este post te contamos diez rincones que no te puedes perder de la Ilha Terceira, una gran desconocida en el Atlántico.
1- ANGRA DO HEROISMO
Si visitas Terceira, lo más probable es que te alojes en Angra do Heroismo. Es la única localidad de Terceira con un tamaño suficientemente grande como para ser considerada ciudad, aunque tampoco supera los 35.000 habitantes. Es también una de las tres co-capitales de la Región Autónoma de las Azores, junto a Horta y Ponta Delgada. En Horta -en la isla de Faial- está el parlamento, en Ponta Delgada -la ciudad más poblada, en la isla de Sao Miguel- la sede del Gobierno autónomo; y Angra sería la capital judicial.
En cualquier caso, Angra ha sido, históricamente, una ciudad eminentemente portuaria, construida en torno a una bahía que acoge su puerto. La navegación jugó un papel absolutamente decisivo, pues por aquí pasaban numerosos navíos en la ruta entre Europa y América.
El casco histórico de Angra do Heroismo es patrimonio de la humanidad. Sus calles empedradas, sus casas blancas con cornisas de colores, merecieron este reconocimiento. Sin ser ostentosa, Angra es, simplemente, bonita. La Rua Dreita es la calle que conecta la zona portuaria con el centro de la ciudad, pero las casas de este tipo se extienden por todas partes. Desde luego, allí podría parecer que el tiempo se ha parado hace años. No hay extravagancias, pero es un lugar pintoresco.
Angra alberga buena parte de los puntos de interés de la isla, por lo que los más importantes los desarrollaremos más adelante, pero no podemos dejar de hablar de los que no tienen un espacio propio.

El Obelisco del Alto da Mémoria recuerda el paso de Pedro IV por la isla, en 1856, en plena Guerra civil portuguesa. Está construido con piedras de un antiguo castillo, y sin ser demasiado espectacular, es una visita interesante en Angra. Sobre todo, eso sí, por la vista panorámica que ofrece de toda la ciudad. Junto al Obelisco, hay también unas señales que indican la distancia a la que se encuentran diferentes puntos de la geografía mundial.
Descendiendo unas escaleras, próximo al Alto da Mémoria, se encuentra el Jardín Botánico Duque da Terceira. También está, por el otro extremo, muy próximo a la Praça Velha, plaza en la que se sitúa el Ayuntamiento. La entrada es gratuita, y es recomendable un paseo tranquilo por el lugar, observando las diversas y exóticas plantas que allí se encuentran, más allá de fuentes y estanques. Junto a él están situados también, en su extremo oriental, el Convento de Sao Francisco y el Museo Angra do Heroismo.
La Praça Velha es, probablemente, el punto más céntrico de la ciudad. De estilo renacentista, su adoquinado la dota de un más que interesante atractivo. En ella se encuentra el Ayuntamiento de Angra do Heroismo. Otro punto por el que pasarás seguro es la Rua da Sé, la arteria principal de la ciudad, que comienza precisamente en la Praça Velha y en la que se sitúa la Catedral, además de numerosos comercios.
Pero, además, en Angra do Heroismo todavía hay mucho más que visitar.
2- MONTE DO BRASIL Y FORTALEZA DE SAO JOAO BAPTISTA, ANGRA
El Monte do Brasil se alza imponente en Angra do Heroismo, como si se tratara de una incursión en el mar que no tocaba. En su día volcán activo, hace mucho que ya no, al recorrerlo a pata parece tornarse en más grande de lo que parece, sobre todo, a lo ancho. Si se quiere subir hasta la cima y visitar unos cuantos miradores, que los hay, serán necesarias unas tres horas. No es un recorrido de una alta dificultad, pero el terreno del Monte Brasil es similar al del casco urbano de Angra.
Es un paseo bonito, entre árboles; visita obligada en Terceira, que nos lleva al punto más meridional de la isla. Mirando hacia el sur, delante de nosotros queda la inmensidad del Océano Atlántico. También se puede ver lo que otrora fue el cráter del volcán, desde, por ejemplo, el mirador del Alto da Caldeira. Hacia Angra, las vistas de la ciudad y de su Marina son también bonitas.

La Fortaleza de San Juan Bautista rodea el Monte do Brasil. Para acceder a él, hay que pasar por este fuerte en el istmo que une el Monte con el resto de Terceira. La de San Juan Bautista es la fortificación más importante de todo el archipiélago de las Azores. Data del siglo XVI, se comenzó a construir después de la toma de Terceira por parte de España en 1582; y es la mayor fortaleza construida jamás por el Imperio Español, con sus cerca de cuatro kilómetros. Su objetivo era claro: proteger la plata que viajaba de América a la península.
En origen, su nombre era el de Fortaleza de Sao Filipe, en homenaje a Felipe II, rey de España y que reclamaba también el trono de Portugal. En 1642, se rindió tras un año de asedio por parte de las fuerzas portuguesas en su Guerra de Restauración. Desde entonces ha permanecido bajo dominio luso, y hoy, el fuerte lo ocupa un destacamiento del ejército de Portugal.
Este conjunto arquitectónico está considerado parte del centro histórico de Angra de Heroismo, por lo que es patrimonio de la humanidad.
3- MARINA DE ANGRA

Del puerto de una ciudad portuaria, uno podría esperar más. La realidad es que los tiempos han cambiado, y en la bahía de Angra lo que encontramos es un puerto deportivo normal y corriente que llaman Marina. Los pesqueros utilizan el Puerto de San Mateo, unos cuantos kilómetros al oeste; y en el Porto das Pipas, el puerto principal de la isla Terceira en otra época, bajo la Fortaleza de San Sebastián, la actividad es mínima.
En cualquier caso, en la Marina de Angra se ofrecen excursiones, tanto para practicar snorkel como para el avistamiento de ballenas. Puede ser una buena opción para aquellos a aficionados al mar.
4- FORTALEZA DE SAO SEBASTIAO, ANGRA
Si al oeste de la bahía quedaba la Fortaleza de San Juan Bautista, al este encontramos la de San Sebastián. Conjuntamente suponían una gran defensa sobre toda la bahía. Es la más antigua de las dos, y esta sí fue construida por los portugueses.
Situada sobre el Puerto de Pipas, hoy en día hace las veces de posada. También es conocida como Castelo do Sao Sebastiao (Castillo de San Sebastían) o Castelinho; y es, como todo el centro, patrimonio de la humanidad.
5- IGREJA DA MISERICÓRDIA Y CATEDRAL DO SANTÍSSIMO SALVADOR, ANGRA
La Iglesia de la Misericordia es, simplemente, preciosa. La belleza de su fachada, muy diferente a los templos cristianos de piedra sobria, habla por sí sola.

Data del siglo XVIII y, evidentemente, ha sido remodelada, lo que hace que haya quedado tan bonita, blanca y azul, frente al puerto de Angra do Heroismo. Podríamos insistir en las esculturas que hay dentro, en su interior barroco, o en que anexo a ella se encontraba el primer hospital de la isla; pero, de verdad, deteneos a contemplar su fachada, presidida por el escudo real.
Frente a ella, hay ubicada una estatua de Vasco da Gama, el conocido navegante portugués del siglo XV, que pasó por la isla, según dicen, en 1499.
Y a apenas cinco minutos -todo está cerca en Angra-, en la Rua da Sé, encontramos la Catedral del Santísimo Salvador, mayor en rango, pero que queda eclipsada por la belleza de su hermana menor.
Es de un estilo similar, aunque de color crema en vez de azul. Es el templo más grande de la Isla Terceira, aunque tampoco destaca por sus dimensiones; y comenzó a construirse en 1570. Su interior, eso sí, es más interesante, destacando su pila bautismal.
Pero fuera de Angra do Heroismo también hay mucho que ver en la Ilha Terceira...
6- GRUTA DO NATAL
En el centro de la isla, podría decirse que algo perdida, se encuentra la Gruta do Natal. Se trata de un tubo de lava de casi 700 metros, al que se accede bajando unas escaleras desde una casita de piedra.
Abierta al público el 25 de diciembre de 1969 (debe su nombre precisamente a la Navidad), en su interior se celebran algunas celebraciones religiosas: más allá de esa misa de Navidad, también se han llevado a cabo bautizos y hasta una boda.
Para efectuar la visita, se recomienda usar calzado deportivo (el piso es irregular) y es obligatorio llevar un casco que te prestan al comenzar la visita. El tubo de lava, en su mayor parte, es amplio; pero existe la opción para aquellos más ágiles de caminar por alguna zona más, por la que hay que andar agachado debido a la poca altura entre suelo y techo.
Tiene poco que ver con las cuevas a las que estamos acostumbrados. Esta es menos amplia y la sensación que transmite es de estar conservada de una manera más natural. Respecto a su creación, no está demasiado claro. La explicación más aceptada apunta a su origen en los flujos de lava originados por erupciones fisurales, que habrían tenido lugar en un valle que habría existido en otra época entre los picos cercanos.
En el interior de la Gruta do Natal se pueden observar diversas estructuras geológicas, escurrimientos de diferentes tipos de lava, estafilitas (las estalactitas de los sistemas volcánicos) y balcones laterales. No es el único tubo de lava de la isla, pero sí el que consideraron, por sus condiciones, más apto para ser visitado por el público general.
Está gestionado por la Asociación Montanheiros, y habitualmente se visita junto al cercano Algar do Carvao.
Tarifas:
Entrada a la Gruta do Natal: 8 euros (6 euros con el Carnet Joven Europeo)
Entrada combinada con el Algar do Carvao: 12 euros (10 euros con el Carnet Joven Europeo)
Calendario y horarios:
Consultar en la web. Por lo general, de abril a septiembre abre todos los días; de octubre a marzo, martes, miércoles, viernes y sábados.
La apertura está entre las 14:00 y las 14:30, el cierre entre las 17:00 y las 18:00, dependiendo del mes.
7- ALGAR DO CARVAO
Visitar un volcán por dentro es posible en muy pocos lugares del mundo. Uno de ellos, Terceira. El Algar do Carvao es una chimenea volcánica formada hace miles de años y que se mantiene de manera natural.
También situado en el centro de la isla, el acceso al interior del cono se realiza a través de un túnel. Según llegas al interior del volcán, miras hacia arriba y ves el agujero del cráter, de 15x20 metros, sobre ti. La vegetación, lógicamente, se va adueñando con el paso del tiempo del espectáculo natural creado en su día por el magma volcánico. Es una visita diferente, especial por la escasez de lugares en los que se puede observar algo así.
Eso sí, en el interior esperan más de 300 escaleras, en un ambiente muy húmedo, por lo que se recomienda llevar calzado adecuado. Al terminar el descenso, en el fondo de esta chimenea volcánica, se acumula al agua, de la lluvia y de algunos pequeños manantiales sumergidos en la laguna. Este estanque alcanza un máximo de 15 metros de altura, pero en años con poca lluvia puede casi secarse por completo.
En cualquier caso, el Algar do Carvao es un must en Terceira: por su belleza natural y por lo especial que es.
También está gestionado por la Asociación Montanheiros y se recomienda visitarlo junto a la Gruta do Natal.
Tarifas:
Entrada al Algar do Carvao: 8 euros (6 euros con el Carnet Joven Europeo)
Entrada combinada con la Gruta do Natal: 12 euros (10 euros con el Carnet Joven Europeo)
Calendario y horarios:
Consultar en la web. Por lo general, de abril a septiembre abre todos los días; de octubre a marzo, martes, miércoles, viernes y sábados.
La apertura está entre las 14:00 y las 14:30, el cierre entre las 17:00 y las 18:00, dependiendo del mes.
8- FURNAS DO ENXOFRE
También en el centro de la isla, entre la Gruta do Natal y el Algar do Carvao (apenas a un kilómetro de esta otra atracción turísitica), se encuentran las Furnas do Enxofre.
Se trata de una veintena de fumarolas que emiten vapor de color blanco junto a algo de azufre. El recorrido, que es relativamente corto, está bien señalizado y en su mayor parte se realiza sobre una plataforma de madera, pero hay zonas que pueden estar embarradas.
El entorno en el que están situadas es muy verde, una ladera con mucha vegetación, lo que no suele ser habitual en lugares que cuentan con fumarolas de este tipo.
9- PRAIA DA VITORIA
Es la segunda ciudad más poblada de la isla (en realidad, la única junto a Angra que puede considerarse como "pequeña ciudad" a pesar de no llegar a los 7.000 habitantes). Cuenta con la playa más larga de toda Terceira, Praia Grande, de algo más de 600 metros. En paralelo transcurre un bonito paseo marítimo que, eso sí, tampoco tiene ninguna característica especial que lo diferencie de cientos de paseos marítimos a lo largo y ancho del planeta.
En su extremo norte, el más cercano al centro de la ciudad y al puerto, se sitúan dos bonitas esculturas, el Monumento ao Emigrante (Monumento al Emigrante) y el Monumento aos Homens do Mar (Monumento a los Hombres del Mar). Continuando por la costa, se alcanza el puerto, repleto de embarcaciones de recreo, y desde también se ofrecen actividades marítimas como submarinismo o avistamiento de ballenas.
Muy cerca del puerto, unas escaleras (unas cuantas y no en demasiado buen estado) nos dirigen a un lugar al que es obligatorio es ascender: el Mirador do Facho, desde donde se obtienen unas vistas fantásticas de toda Praia da Vitoria. En lo alto, en el mirador, se encuentra también un monolito, el Monumento do Imaculado Coração de Maria (Monumento del Inmaculado Corazón de María).
Más allá de la costa, Praia da Vitoria también tiene puntos de interés. Su casco viejo empedrado bien vale un paseo por él. En esa ruta no pueden faltar la Praça Francisco Ornelas da Càmara, la Igreça Matriz de Santa Cruz o la Igreça do Senhor Santo Cristo; así como la Rua de Jesus (calle de Jesus), la principal vía comercial de la localidad.
10- BISCOITOS
La escarpada costa de Terceira apenas da descanso, por lo que las playas escasean. Biscoitos es un pueblo al norte de la isla famoso por sus piscinas naturales.

El Atlántico ha dado forma a una zona rocosa de tal manera que uno se puede bañar en este punto con total tranquilidad, como si fuera una piscina. Eso sí, teniendo en cuenta dos cuestiones: lo fría que está el agua en medio del océano y la posible presencia de medusas (nosotros no pudimos bañarnos por este segundo motivo).

En cualquier caso, estas piscinas naturales han sido acondicionadas por la mano del hombre para facilitar el acceso a ellas, con pasarelas y escaleras artificiales.
Junto a estas piscinas naturales hay un bar en el que poder tomar algo, lo que se agradece, pues el centro del pueblo está relativamente lejos y tampoco hay demasiados lugares a los que acudir. Eso sí, si lo que se busca es la más absoluta tranquilidad, es un lugar ideal.
OTRAS FOTOGRAFÍAS:
Comments